“Una misión: dar la vida” – Lunes Semana del Seminario 2018

“Una misión: dar la vida”

Hace ya algunos años un señor se acercó a saludarme después de misa, efusivamente me dio las gracias con un apretón de manos; trataba de recordar dónde nos habíamos conocido, pero no pude, aquel señor viendo mi incertidumbre, me dijo: Padre usted fue quien me dio los Santos Óleos en el Hospital O´Horán, ¡ahora ya estoy sano gracias a Dios! Por esta aclaración pude acordarme de él y de su situación de aquel entonces.

Era increíble lo que el Señor había obrado en él, pues de estar sumamente enfermo y demacrado, ahora se veía robusto y alegre… En verdad la gracia de Dios obra dando vida a cada instante.

Esta es la misión hermosa de un sacerdote, darse, dando la vida, esto en un doble sentido: en primer lugar, dando la propia vida con generosidad por la consagración a Dios en el servicio a los demás y en segundo lugar porque nosotros somos instrumentos de la Vida; a través de nuestras manos, de nuestras acciones y nuestras palabras comunicamos a la Vida misma, a Jesucristo, el autor de la vida.

A lo largo de estos quince años de ministerio sacerdotal he sido testigo de tantas maravillas que Dios realiza por medio de nuestro servicio, personas que te agradecen por alguna palabra que les ha tocado el corazón durante la homilía, durante las confesiones y la dirección espiritual. Comunidades que luego de estar apagadas en la fe, resurgen con vitalidad por la dedicación y entrega que en nombre de Cristo pastor realizamos en ellas.

Los sacerdotes somos los primeros testigos de la vida que Dios da, así como las plantas van echando nuevas hojas en la primavera, así hemos podido constatar cómo Dios, silenciosamente, va transformando de nuevo la vida de las personas y de las comunidades haciéndoles reverdecer a la vida y a la esperanza.

Como formador del Seminario también se da esta oportunidad de dar vida, a través de nuestro testimonio y presencia, a través de la corrección oportuna, de la palabra alentadora, del convivir ameno, del amar lo que hacemos, del esforzarse de cada día no obstante la propia debilidad humana.

Darse en la vida para dar vida, es la letra de la canción interior que debe resonar en el corazón sacerdotal, donde cada nota de la melodía simbolice las tantas veces que siendo instrumentos del amor de Dios hemos compartido la alegría de estar enamorados de la Vida misma.
En esta Semana del Seminario les invito también a ustedes a ser los nuevos protagonistas de esta noble misión; dar la vida en el sacerdocio ministerial, ¡sólo hazte la pregunta!

Pbro. Lic. José Rafael Collí Moo
Director Espiritual de la Etapa Teológica

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