¡El tiempo ha llegado!
Las familias decoran su hogar con el bello árbol de Navidad, es momento de pensar en los regalos, las luces y adornos son signos de alegría y felicidad. No olvidemos la suculenta cena navideña, las piñatas que envuelven la sonrisa de los pequeños, el canto de los niños al pedir posada; sí, todo esto por las fiestas navideñas. La espera ha terminado; llegó NAVIDAD.
Recuerdo con precisión las veces que toda mi familia se organizaba para asistir a la posada navideña del Seminario, para acompañar a mi familiar que, en aquel momento, era seminarista. Era una fecha que esperaba con mucha alegría: ver como los seminaristas se habían esforzado por preparar una fiesta como esa. Todos asistíamos con un gran gozo y con el entusiasmo de conocer y convivir con las familias de los futuros pastores de la Iglesia.