La santidad desde una vocación específica

Sra. Rosa María Reverté de Villa.

Mamá del Diácono Santiago Villa Reverté

Estamos celebrando la Semana del Seminario, me han pedido que escriba sobre la vocación de nuestro hijo Santiago, es el segundo de nuestros cuatro hijos: José María, Iñaki e Iker.  Mi marido, José María, y yo los educamos en la firme convicción de que todos estamos llamados a la santidad.  Teniendo claro esto, cada uno de nosotros, sabemos que lo que puede ser diferente es el camino para llegar a ello. Unos, a través del matrimonio; otros, viviendo la soltería; y, otros más a través de la consagración religiosa o el sacerdocio.

 

Hace doce años, él vio con absoluta claridad el proyecto al que Dios le llamaba: el sacerdocio. En ese momento, cursaba Ingeniería Química Industrial en la UADY, era novio de una chica encantadora a quien quería mucho. Sin embargo, el llamado de Dios fue claro, contundente y convincente. Es por eso que casi un año después, ingresa en el Seminario Conciliar de Yucatán.

 

En la familia lo vivimos con absoluta naturalidad, felices con y por Santiago, había encontrado un camino específico a través del cual Dios lo llamaba a servirle y a ser santo. Sólo queremos y rezamos por su santidad, hoy, como diácono transitorio, y en el futuro, como sacerdote.

 

El deseo de cualquier padre de familia es ver a sus hijos felices, es decir, comprometidos con aquello que han elegido por amor. Santiago es plenamente feliz, ha elegido entregarse a Dios por amor en favor de los que Él ama.

 

Las familias, iglesias domésticas, hemos de vivir y hacer vivir el llamado universal a la santidad, así se renovará la faz de la tierra.  No habrá sorpresas, ni miedos, cuando alguno de nuestros hijos quiera responder al Señor en el sacerdocio o en la vida consagrada.

 

Queridos padres de familia, no teman que sus hijos sean santos a través del sacerdocio al dar respuesta al llamado del Señor para construir el Reino.  Cuando se dice sí a Dios, nunca ni nada se pierde.

 

El Papa Francisco, en la JMJ en Río de Janeiro, dijo:“No tengan miedo de decir sí a Dios, en Él está la alegría”.

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